Desde un punto de vista práctico un lunes no mejora mucho si cuando llegas a casa abres la despensa y la encuentras vacía.Pero tampoco es muy esperanzador encontrarla llena de comida bajo cero en nutrientes, llamada también comida basura.

Hay que capitalizar las prioridades y así evitar almacenar productos cuyos nutrientes brillan por su ausencia y, en su lugar, llenar los estantes de alimentos indispensables y nutritivos.
Por eso es de gran ayuda tener un fondo de despensa siempre a mano, con productos básicos de larga duración que te saquen del apuro y entre los que no pueden faltar:
Tubérculos como patatas, remolachas y cebollas. Legumbres, harina, arroz, aceite oliva VE y sal de la buena. Y especias, porque ¿quién puede vivir sin comino, pimentón, cúrcuma o chili? También aceitunas y encurtidos con los que preparar rápido unos snacks saludables que te evitarán caer en tentaciones mayores. Frutos secos y semillas de sésamo, girasol y calabaza.
Y es que llegar a casa después de un día agotador solo te deja pensar en el sofá y en pedir una pizza. Pero si abres la despensa y ves el basmati que solo tarda en cocer 12′. Abres un bote de almendras, de semillas de calabaza y unas pocas pasas, saltearlos cuesta 3 ´. El momento de incorporar el basmati y saltearlo todo otros 2 ´ En total solo inviertes 17′ y el plato ya está en la mesa listo.
Con ese tiempo el repartidor de la pizza no ha tenido tiempo ni de poner en marcha la moto.
Y como esta siempre habrá otras ideas que salgan del fondo de despensa y eviten descolgar el teléfono para llamar al delivery a domicilio o abrir un paquete de congelado cuando estás muerto de hambre y desesperado.
Y una última cosa, recuerda que lo que comes está vivo. Cocinar un día para el resto de la semana es una fórmula segura para acabar con la energía y nutrientes de los productos que cocinas.
Con mis mejores deseos.