Un tándem llamado cuerpo – mente.

Esta es la pequeña historia de alguien que empezó con clases de Hatha Yoga, por prescripción médica, para aprender a relajarse. 

Pero la causa empezaba con unos tobillos hinchados, y también unas rodillas, que mostraban que había  líquidos retenidos. Esto, además de visualmente, era fácil de comprobar porque al hundir un dedo en la carne y retirarlo dejaba una huella blanca.

La retención de líquido no es algo puramente estético ya que aumenta la presión arterial y afecta igual al corazón que a los riñones.

Su trabajo sedentario fomentaba esta situación. Y la retención de líquidos hacía que su presión arterial estuviera siempre alta. Fue por lo que el médico recomendó la relajación.

Su dosha predominante era Kapha. Y su constitución de características Kapha – Vata. Esto era importante porque a los kapha, aunque tienen mucho aguante, les cuesta empezar algo cuando se trata de movimiento.

Pero para poder acceder a la relajación primero había que restablecer el orden físico. Así que el plan empezó con vinyasas cortas de posturas de pie y contraposturas como virasana, entre otras.

Y aunque esto no forma parte de esta historia no quiero dejar de explicar que para llegar a la mente del Yoga, primero hay pasar por el trabajo físico del hatha yoga.

Además, una vez planificado el trabajo de asanas añadió a su dieta las siguientes infusiones:

Por la mañana, después de la higiene bucal,

tomaba un vaso de agua previamente hervida y aún caliente, sin superar los 40º, para poder

añadir una cucharada de miel y 5 gotas de vinagre de manzana.

Por la noche, luego de la cena la infusión era:

Una parte de punarnava -para la retención de líquido-.

Una parte de pasiflora – relajante-.

Dos partes de majuelos -hipertensión-.

Dejando infusionar 10´ una cdta de esta mezcla para 1 taza.

Esta historia con final feliz, tras meses de trabajo y buena alimentación, acabo por rebajar la hinchazón y regularizar la tensión arterial -el médico le permitió dejar la medicación que había empezado a tomar-.

Y llegado este punto se pudo empezar a trabajar la relajación.

Con mis mejores deseos.


¿Qué hago con mi estrés?

El estrés es una reacción necesaria porque nos pone en alerta ante una situación de peligro. En ese momento la sangre va a las extremidades y el cuerpo se prepara para huir o defenderse. En una situación normal el estrés acaba cuando la situación de peligro deja de existir. Hasta aquí perfecto. El problema es cuando ese estado de alerta se prolonga y persiste sin motivo. Estar a la defensiva mantiene al organismo en una alerta constante sin descanso. En una situación prolongada de estrés hay una desconexión mente cuerpo y la parte que prevalece es emocional e irracional. La mente necesita desconectar y refrigerarse.

Detente y respira. Inhala exhala.
Para y respira

Factores que causan estrés

-Vivir para afuera. Desconectar de nosotros mismos y perdernos valorando más nuestro entorno que buscar lo que realmente necesitamos.

-El miedo. Acabamos teniendo miedo a tomar decisiones, a ser nosotros mismos, a las pérdidas, al rechazo.

-Una respiración deficiente provocada por malos hábitos cómo fumar, una dieta inadecuada, un abdomen prominente, y el propio estrés que en este punto genera ansiedad.

-Falta de movimiento. Aparecen contracturas musculares que provocan una falta de elasticidad en los músculos respiratorios con la consecuente perdida de capacidad respiratoria.

-Una actitud a la defensiva o un enfado ante una situación que no sabemos resolver. 

-Tener un trabajo por encima de nuestras posibilidades.

Acciones para controlar el estrés

-Evitar la vida sedentaria. Mantener el cuerpo en forma con un trabajo moderado de asanas. Mejor hacer dos sesiones cortas de 20´ cada día, que un atracón de asanas dos veces a la semana.

-Paseos relajantes. A unos les irá bien la primera hora de la mañana, a otros la última hora de la tarde, pero a nadie le va bien hacerlos bajo el sol fuerte del verano.

-Creer que para evitar una situación estresante lo más conveniente es descargarla con un ejercicio fuerte solo funciona en los primeros momentos porque nos sentimos agotados, pasado el cansancio volvemos a las mismas.

-El trabajo físico moderado sitúa a la mente en un estado de equilibrio, donde se siente satisfecha, y no necesita recurrir a la búsqueda de pensamientos en el subconsciente.

-Tener una dieta muy saludable que recupere el equilibrio de las doshas.

-Relajación

-Pranayama

-Meditación

Y en este orden. Si no eres capaz de hacer un cambio de  hábitos probablemente no te relajes. Ni siquiera pienses en meditar, puede que no lo consigas.

Iniciación al pranayama, una de las soluciones

Si no respiras no vives, si respiras a media capacidad sobrevives. La tensión impide que la respiración sea rítmica y profunda.

1-Siéntate con la espalda recta, si en el suelo no lo consigues hazlo en una silla

LLeva las manos por detrás de la espalda con los brazos estirados. Intenta subirlos muy suavemente con las manos enlazadas.

2-Lleva ahora los brazos estirados por encima de la cabeza. Las manos juntas no enlazadas. Sin mover la pelvis -mejor estar sentado- haz unos suaves giros a izquierda y derecha , en los que se moverá solo la parte alta de la espalda, permaneciendo unos minutos en cada lado.

3- ½ gomukhasana con los brazos, y, cruza la pierna contraria  al brazo que está arriba.

Son unos asanas preliminares para activar la musculatura respiratoria.

Iniciación al Pranayama
Iniciación al Pranayama

Entra ya en la práctica tumbado boca arriba. 

-Túmbate y apoya la cabeza sobre una manta doblada que esté en contacto con los hombros. No dejes que haya hueco entre la nuca y la manta.

-Lleva  ligeramente la barbilla a la nuez de la garganta. Esta acción alarga las vértebras cervicales. Boca cerrada. Mandíbulas relajadas.

-Recorre mentalmente las partes de tu cuerpo. Siéntelas una a una y suelta poco a poco todo el peso del cuerpo. Te llevará un tiempo relajarte por completo.

-Ahora busca la respiración. Siempre nasal. No fuerces nada, deja que todo surja poco a poco de un modo natural.

¿En qué parte del cuerpo notas la respiración con mayor fuerza?

¿Es mucha o poca la cantidad de aire que absorbes?

¿Y cuánta cantidad expulsas?

¿Con qué fuerza entra el aire, suave, fuerte…? 

¿La respiración es corta, jadeante, irregular? 

No hagas nada no la manipules, solo sigue observando.

¿Sigues notándola en el mismo lugar que cuando empezaste o se ha desplazado?

Intenta seguir el mismo orden cuando practiques.

Cada vez que la mente le abra las puertas a un pensamiento has de ignorarlo y volver a concentrarte en la respiración.

Práctica durante meses, sin prisas. Y pasado ese tiempo puedes intentar trabajar la respiración. Haz que la inhalación sea igual de larga que la exhalación. Por ejemplo, inhala 4 – exhala 4 segundos. Sin perder el ritmo.

Práctica cada día unos minutos antes de acostarte. Si eres constante los pocos minutos se irán alargando hasta convertirse en 10…20… Te ayudará también a dormir mucho más relajado y profundo.
El mismo esfuerzo que te ha llevado a la situación de estrés lo puedes revertir y dedicarlo a salir de ella.

Con mis mejores deseos desde Yoga/Ayurveda YS. Si tienes alguna duda no dudes en ponerte en contacto conmigo.