Aventuras y desventuras del nervio vago

El nervio vago va desde el cerebro a los intestinos y a lo largo de esa autopista vagal conecta con órganos muy importantes. Forma parte de ese sistema nervioso autónomo, que permite de un modo automático que las células se regeneren, que el corazón lata, que la sangre circule, que los pulmones absorban aire… y que del mismo modo permite al vago

•La acción de tragar.  

El nervio vago es el encargado de detener la respiración para que podamos tragar porque cuando tragamos no respiramos. 

Podemos hacer esta prueba: beber dando tragos cada vez más largos; veremos que mientras tragamos es imposible respirar. Al masticar, en el momento de tragar pasa lo mismo, la respiración se detiene hasta que terminamos de tragar. 

•Controlar el reflejo que provoca náuseas cuando algo entra en contacto con la parte posterior de la garganta para impedir que nos atragantemos.

•El don del habla.

•La respiración profunda que nos lleva a la relajación y por tanto a una buena digestión. 

•Controlar cómo se mueve la comida por el sistema digestivo. La debilidad, tensión o presión sobre el nervio vago ralentiza y dificulta la digestión.
•La respuesta de saciedad cuándo comemos viene de la mano del nervio vago del siguiente modo: cuando comemos las neuronas vagales envían un informe  al cerebro de cuánta grasa ha sintetizado el hígado y permite al cerebro responder con una sensación de saciedad que impide seguir comiendo. Si no hay respuesta no hay límite y es cuando comemos en exceso.

Urdha muka

Cuando hacemos ejercicio físico, normalmente lo hacemos solo con la finalidad de adelgazar o de activar músculos, damos por supuesto que esto ya beneficia a todas las partes del cuerpo, hasta esas en las que ni siquiera pensamos porque funcionan por sí mismas. 

Pero para estimular a nuestro protagonista –el nervio vago– no basta correr en una cinta o jugar un partido de padel. Para que todo esto ocurra debemos mantener al nervio vago con un trabajo físico más profundo que solo lo pueden dar los ejercicios de respiración, los masajes, algunas asanas específicas del hatha yoga y la relajación.

Este trabajo inteligente mantiene al nervio vago en óptimas condiciones en las que puede liberar un neurotransmisor -acetilcolina-  que el cerebro utiliza para evitar enfermedades inflamatorias como Alzheimer, artritis, asma, cáncer… Además evita desestabilizar sus funciones básicas que provocan migrañas, acidez estomacal -y otros problemas digestivos-, problemas de corazón o enfermedades crónicas como la fibromialgia.

Con mis mejores deseos.